No son necesarias las palabras cuando una canción es capaz de adormecer tu dolor hasta que los sueños bailen.
Estas líneas van por todos esos músicos que son capaces, con tinta y papel desde sus cuartos y lugares de trabajo, de sacarnos de la oscuridad y de regalarnos una buena armadura para combatir en la peor de nuestras batallas.
La mejor de las medicinas, la música. Para el amor y sus miles de recuerdos. Esa persona que te quita el sueño con sus mensajes a deshora y la que te hace comprender (sin usar el "porque lo digo yo") que el mundo gira y gira, hasta que lo bueno puede quedarse del revés. Sin embargo, los amigos y las buenas personas que se ofrecen como cañones para lanzarte lejos, muy lejos, de donde has caído... Esas personas, amigo o amiga, son por las que se hacen canciones y la vida cobra sentido.
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