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domingo, 11 de diciembre de 2011

Prisas



Frío cortante. Suspiros. Minutos de espera hasta que llegue el próximo tren. Más suspiros.

Un día normal, otro más y Kevin se despierta sumido en la monotonía. Trabajos, exámenes, contratiempos... Y su cabeza estalla.
-Perdona, he perdido el tren para ir a Oviedo. ¿Sabes cada cuánto pasan? - Preguntó una chica joven, mientras que el viento helado producía escalofríos a las personas que estaban en la estación de Llanera.
-Pues sobre unos 20 o 30 minutos. Pero el siguiente le queda poco para llegar - Respondió. -Hay algunas que son vagas hasta para mirar el panel de los horarios...-Pensó, mientras se quedaba con una bocanada de aire de esa mañana de diciembre.

Llegó el tren y una piña enmarañada de personas entró de golpe sin medir en pisotones ni en educadas contestaciones. Kevin oía entre murmullos y algún que otro taco: "los jóvenes de hoy en día, cuando aprenderán...". Mientras que, las personas de edades más avanzadas, se abrían paso entre la marabunta a golpe de bastón y grito en el cielo.

Suena Mägo, Linkin Park, Bon Jovi... Y en cuestión de minutos el tren llega a Llamaquique. 
-Llego tarde...- Pensó. Y sin parar a cuestionárselo dos veces, echó a correr llevándose por delante a los viajeros que estaban en las escaleras mecánica. Tanta prisa tenía que antes de salir de la estación algo le haría perder aún más tiempo. ¿ O alguien?

-¡Ayyy!. ¡Mira por dónde vas!- Gritó enfurecida una chica mientras caía con todos sus apuntes.
-Perdona, perdona- Se disculpó, mientras se apresuraba a recoger todo el estropicio que había ocasionado. -Jolin encima que llego tarde tiene que ponerse gente por en medio y luego... A pedir disculpas claro- pensaba cada vez más cabreado.

La chica se levantó con el montón de apuntes y su larga melena morena y rizosa.
-Gracias.- Asintió.
-De nada. Y lo siento otra vez. Hasta luego- Susurró Kevin y en un abrir y cerrar de ojos, ya había desaparecido.

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