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jueves, 29 de diciembre de 2011

Adiós 2011. Hola vida nueva!


Felicidad, menudo tópico. Una sonrisa, el brillo en los ojos y la rojez en la mejillas. Para algunos, utopía. Otros prefieren llamarlo realidad. Sin embargo son los sensatos, o eso dicen, los que apuestan por la felicidad intermitente. En esta vida tiene que haber de todo, sino menudo aburrimiento. ¿No?

Dejamos atrás un montón de cosas. Incansables caricias, besos apasionados, la valentía de gritar tu amor a los cuartos vientos... Te quiero, sí. Ya lo he dicho, y lo diré siempre. Te quiero. Además de las tardes entre galletas y chucherías varias con las amigas, las películas que convirtieron en perfectas las noches... Sobre todo, porque cambiaron el rumbo de las cosas. Abrazos, risas y locuras. ¿Quién da más?


Llega el invierno: los planes, las salidas, alguna que otra copa de más, los exámenes de enero... Pero también un nuevo año, cargado de cantidad de promesas y deseos para el 2012. Alcanzar la felicidad, conquistar a la chica que llevas tantos años siendo su sombra, dar la patada en el culo a quien se te antoje... Por el contrario, yo voto por aprovecharlo con unos cuantos amigos, hacer de cada día una película diferente, dejar de esperar a un amor que nunca se sabe... Puede que jamás llegue. Me contradigo, lo sé mi querido lector. No uses las palabras "nunca" y "jamás" que te traerán mal fario. Y ser feliz, tanto y más que nada, superior a como lo soy ahora. 

 Por todo, lo que realmente es cierto y que me hace ver lo valioso que es mi mundo. La familia. A esas personas que admiro y, realmente, son mis ídolos a seguir. Los que ojalá siempre, y digo SIEMPRE estuviesen a mi lado. Mi hermana, por ser la alegría de la casa, lo mejor que le puede suceder a una persona... El tener a una chiquilla de pariente como tú. Por las voces, los enfados, las risas y las cosquillas. Porque te quiero con locura. Mi hermano, por esa sonrisa constante, esa inocencia de niño y el montón de cosas que se puede aprender de ti y de Silvia. Mi madre, por ser la mejor persona del mundo, a la que adoro y quiero. Gracias, es poco, casi nada... Sin palabras, pero lo eres todo. Gracias a ti estoy aquí hoy. Mi padre, por lo de siempre... Que le voy a decir... Que os quiero a todos. Abuela y tíos. Porque me faltan las palabras. Gracias. Pocas palabras para lo mucho que me habéis dado.

Por esos amigos, las fiestas, la que me espera a la vuelta de la esquina... Y por toda la gente que he conocido este año. Sinceramente, empezó siendo un desastre pero no pudo acabar mejor. El verano, la magia de una isla y todo lo que ha cambiado en mi cabecita por pasar una temporada en ella. Valencia de Don Juan y las noches entre sidras y música pachanguera, en cualquier lugar, con cualquier orquesta. Los Sábados, las discotecas, las risas, los momentos que se deben de quedar en Sábado-noche, las fotos, la inmensa cantidad de burradas que podemos soltar el grupo de locas en menos de cinco minutos. Pero sí, lo pasamos bien. Sí, somos felices. 

Es hora de dar esquinazo a la felicidad intermitente y abrir los brazos al para siempre que transmite un "carpe diem".

Por eso, todo y lo demás. Familia, amigos. Y yo misma, que no falte. Gracias por este 2011

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