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martes, 15 de noviembre de 2011

El regalo más grande

Soy un buñuelo. Un enorme, dulce y juguetón buñuelo que no quiere salir de la cama ni a tiros. Suena el móvil. La alarma. Alargo el cuento cinco minutos más y ya me siento con fuerzas para salir de mi cómoda y caliente cama, para abrir la puerta al frío día que maliciosamente ya ha llegado.

Atasco. Llegar tarde a clase. Descansos. Más clases y más descansos. Federico Moccia sobre las piernas mientras profesores se limitan a aburrir y dormir a la clase. Qué pereza.
Entonces se alumbra la blackberry y me abalanzo a ver las novedades de una nueva aburrida mañana.
"Buenos días princesa. No estarás leyendo otra vez... ¿verdad?. Oye por cierto, que guapa estás con ese jersey azul" - El whatsapp me despierta de buenas maneras. En realidad no, ciertamente, es ese "macarra" el que me alegra todos los días. Pero espera un momento... ¿Cómo narices sabe que ropa llevo hoy?, ¡Si son las 9 y 10 de la mañana!...¡No nos hemos visto!...-No puede ser...La cristalera.
Ahí está, con su casco azul metalizado, sonriente... La sonrisa más bonita que se le puede mostrar a alguien para que se sienta especial.
Correspondí con una sonrisa y, automáticamente, -¡estoy roja como un pimiento!-  y mi compañera de vericuetos universitarios, más conocida como Helena de Esne que consigue hacerlo arder como en Troya si la ocasión grita injusticia.
-Pero...¿Cómo se te ocurre?. ¡Tienes clase!.- Le contesto como una vista a la causa de que me ardan las mejillas.
-Cinco minutos más, cinco minutos menos... Estás preciosa. Y más aún cuando te enfadas - Se ríe.- Me voy ya, espero que te haya gustado la sorpresa. Hasta otra enana...
- Me ha gustado todo salvo el apelativo cariñoso que me has llamado... Hasta nunca kinki.

-Lucía, ¡Lucía!. ¿Se puede saber que haces?. ¡Deja de pensar en pájaros y moteros! En mi clase o atiendes o no vuelves.- Grita una profesora totalmente fuera de sí.
-Perdón.- Bajo la cabeza mientras se escapan pensamientos fugaces.- Qué chico este... Pero cómo se le pudo ocurrir... Jolin que contenta estoy. Me encanta despertar todos los días, siempre hay una sorpresa, aunque me haga la remolona entre sábanas, mantas, edredones y más mantas... Porque luego abro los ojos, y está el destino esperándome para que eche a correr, deje de hacer el vago y me sorprenda... Cada día más.
-Señorita Ramos deje de divagar en su mundo de yupi y atienda a la buena profesora que está haciendo, que la fila de la derecha se haya quedado dormida sin remedio.- Helena se ríe a carcajadas mientras que yo contengo mis risas para no ser víctima de la lista negra de la señorita Pepis...

Se alumbra de nuevo el móvil. Otro Whatsapp:
-Por cierto, se me olvidaba. Antes de que Helena arranque el coche procura fijarte bien que no le haya dejado chinchetas, ni le haya reventado una rueda directamente. Eso sí, antes de ponerte hecha una fiera, "pequeño saltamontes", mira bien debajo del coche.
-Algún día te mataré. Me tiraré a tus brazos, te abrazaré fuerte y sufrirás una buena dosis de cosquillas porque casi me echan de clase... Lo siento me dicen que tengo que dejar a los pájaros y a los moteros, al menos hoy que es Lunes.Ah, y Helena si que te matará como le hayas pinchado una rueda. Hasta luego, te quiero.

En uno de los descansos...
-Lucilú que lo mato. Tú tienes unos gustos peligrosos, ¿no te valía salir con un niño pijo que se limitara a darte cartas de amor con poemas infumables?... No claro que no... Tú y los deportes de riesgo...
-Con lo que te gustan a ti los "poemas infumables". Tampoco es tanto riesgo, un poco de locura en una rutina tan aburrida nunca viene mal ¿No?
Y Helena esbozó una sonrisa afirmativa.

-Ruedas del coche intactas, cristales,puertas, parabrisas... ¡Oh mierda! ¿Y los tapones?. Ah no... Siguen ahí- nos reímos.
Di vueltas alrededor del coche pero... Nada. Me arrodillé, miré debajo de él y... -¡Premio! hay una rosa ahí debajo y algo pequeño... 
-¿No será un ratón?. Fijo que es una niña del Exorcista en miniatura...- Helena hoy tenía el día gracioso, comprobado.
Cogí la rosa y el pequeño objeto que estaba a su lado. Era un colgante de plata con forma de bandera... Lo miro y miro... No entiendo por qué me ha regalado un símbolo así. Espera, tiene una abertura... ¡Uy! una foto... Se abre y tiene la foto de lo que vimos desde el Naranco en miniatura.
-Este se mete tripis... Te lo digo yo... Mira que regalarte esa horterada, una bandera por colgante y el Naranco... Eso más que romántico...¡es una indirecta como un campanario!
Sonrío. Cierro el colgante. En él encuentro también una palabra. Nuestra palabra: "Libertad".
-Las cosas que parecen que menos sentido tienen llegan a ser las que te alegran en todo momento. Ahora sí. Buenos días, Libertad.

1 comentario:

  1. Quiero tu vida.... QUIERO TU DIA!!!! tiaaa casate con eeel o algooo no seee!!!! yo tambien tengo blog por cierto ;)
    Me encanta!!

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